Heterogeneidad y diferencias de productividad entre empresas de un mismo sector

Los enfoques tradicionales asumen que todas las empresas que forman una industria son homogéneas en términos de productividad y por tanto cualquier pérdida relativa de competitividad afectará a todas las empresas de manera similar.

Sin embargo, las nuevas teorías de comercio internacional[1] parten de la premisa de la heterogeneidad de las empresas, de la relevancia de la productividad y de los diversos costes fijos en que incurren las empresas para producir para el mercado domestico o para mercados internacionales.


Los nuevos modelos del comercio internacional predicen que las empresas grandes son las que más se benefician de una liberación del comercio y que, además, dentro de un mismo sector o industrial, las diferencias en productividad pueden llevar a unas empresas a afrontar la internacionalización (exportando, con offshoring, FDI o externalizando) y a otras a proveer únicamente al mercado nacional.

Hay que tener en cuenta que la internacionalización aumenta la rivalidad entre las empresas existentes en los sectores porque reduce la concentración de la oferta, aumenta la diversidad de las empresas competidoras y genera un exceso de capacidad. Así, el comercio internacional implica, normalmente, que haya menor concentración de la oferta, esto es, más oferentes compitiendo por cada mercado nacional.

Así, el problema principal radica en la capacidad exportadora de las empresas dentro de un mismo sector. Determinadas empresas cuentan con la dimensión, capital humano y financiero, inversiones en tecnología e I+D suficientes para introducirse en mercados internacionales y, a su vez, existen otras empresas que no cuentan con dichas ventajas. Por tanto, es evidente que solamente las primeras lograrán entrar en los mercados globales y las segundas se verán obligadas a reducir tamaño o cerrar, debido a la pérdida de competitividad. Y, en esta situación, es donde se cumple lo afirmado por la nueva teoría del comercio internacional.

También hay que tener en cuenta que la competencia global implica la entrada en el mercado doméstico de empresas extranjeras. En consecuencia el sector tendrá que preocuparse no sólo por captar cuota de mercado externo, sino también por mantener o incrementar la participación en el mercado nacional

Como ejemplo destacado de las consecuencias negativas para algunas empresas, podemos tomar en consideración el mercado europeo del automóvil en el que se aprecia, claramente, el descenso de la cuota de mercado de todos los líderes nacionales en su mercado domestico (Seat en España) y la aparición de múltiples competidores[2] (fundamentalmente asiáticos). No obstante, mientras que la internacionalización disminuye la concentración en los mercados nacionales, se incrementa la concentración a escala global debido a que la competencia fuerza a las empresas más pequeñas a salir del mercado o a fusionarse[3] (Seat y  Skoda en Grupo Volkswagen, Grupo PSA, etc.)



[1]               Raquel González Blanco, Raquel. «Diferentes Teorías del Comercio Internacional. Tendencias y nuevos desarrollos de la teoría económica (ICE) Enero-febrero 2011. N.º 858 http://www.revistasice.com/cachepdf/ice_858_103-118__9f7a85dc90a777675e3e806341418974.pdf

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