La utilización del e-commerce ha llegado a sectores productivos que tradicionalmente eran reacios a este canal de distribución. Así, el sector moda siempre se ha caracterizado por un sistema de ventas tradicional mediante tiendas, en las que el cliente valoraba muy positivamente la opción de contacto físico con los productos.
Sin embargo, en los últimos años hemos presenciado un auge en la creación de tiendas online de ropa, sobre todo gracias al fenómeno de los outlets y las ventas privadas.
Las posibles implicaciones para el sistema de distribución de este cambio son las siguientes:
Desintermediación: teniendo en cuenta que Internet constituye un medio de distribución directa en el que los fabricantes de bienes y servicios tienen una relación directa con los mercados de consumidores y que estos últimos han modificado sus hábitos de compra, es previsible que se produzca la eliminación de intermediarios y que los consumidores realicen sus compras de ropa de forma directa en Internet.
Reintermediación: es un fenómeno que ha generado una oportunidad de negocio para los distribuidores específicos de internet coincidiendo con la eliminación de los intermediarios tradicionales. El incremento de la oferta de ropa en internet y del número de usuarios, junto con la complejidad de la red ha provocado nuevos problemas en las empresas con una saturación de información y se genera una oportunidad de
negocio para los nuevos intermediarios. Así aparecen las webs de comparación de precios, los centros comerciales virtuales y los motores de búsqueda y el gran volumen de información comercial presente en la red permitirá que aparezcan intermediarios especializados en el sector de la ropa que organicen y centralicen las ofertas existentes, constituyendo un canal de distribución indirecto.
Conflicto: la venta directa de ropa por parte de los fabricantes genera una fuente de conflicto entre los distribuidores tradicionales y los intermediarios de la red y el grado de conflicto dependerá de las caracteristicas del fabricante y el sector de la actividad. Por tanto, la elección de los canales de distribución dependerá de las circunstancias internas y de los objetivos de marketing a alcanzar. Así, se produce un cambio de equilibrio de poder dentro de la cadena de valor.
En conclusión, el comercio electrónico provoca que aparezcan nuevas fórmulas de distribución (outlets, clubs privados, etc.) y que las ya existentes (detallistas, hipermercados, supermercados, centros comerciales) tengan que replantearse sus estrategias de negocio para no perder cuotas de mercado.