La estrategia corporativa de integración vertical consiste en la entrada de una empresa en las actividades relacionadas con el ciclo completo de producción de un producto o servicio para convertirse en su propio proveedor o cliente Así, nos encontramos ante los llamados “canales corporativos” en lo que una empresa, que mantiene un poder mediante la propiedad total o parcial , integra y controla diferentes funciones del canal. Este proceso se realiza a través de la creación de una red propia de distribución o mediante la adquisición de empresas intermediarias ya establecidas.
Las razones por las que una empresa decida utilizar este tipo de estrategia son variadas:
Económicas:
◦ Conseguir una mayor eficiencia al dirigir las inversiones a las actividades más rentables, evitando tener que aplicar un margen de beneficio a cada nivel del canal de distribución.
◦ Reducción de costes mediante la economía de escala, la economía de alcance y el efecto experiencia.
Estratégicas:
◦ Reducir la incertidumbre al controlar los suministros de producto o garantizando la distribución adecuada de los mismos.
◦ Reforzar la estrategia de diferenciación de producto.
◦ Crear barreras de entrada a otros fabricantes, que tendrán que realizar una inversión inicial elevada si pretenden entrar en el mercado.
◦ Mejorar la información y la capacidad de negociación tanto con los consumidores como con los proveedores-fabricantes.
Sin embargo, esta estrategia también presenta una serie de inconvenientes y riesgos:
- Mayores costes fijos que pueden repercutir en un descenso en las ventas.
- Pérdida de flexibilidad y de capacidad de adaptación de la empresa,ya que la empresa requerirá una inversión elevada en tecnología, mientras que una empresa no integrada puede simplemente recurrir a otro proveedor tecnológico.
- Costes de integración elevados, que implican que la empresa debe decidir si aboga por la inversión directa o por la fusión con alguna empresa ya existente.