El paciente soy yo, ¿no soy lo más importante?

No se puede decir que llevamos una temporada tranquila y lo peor es que las noticias no son buenas para los pacientes. Y, sí, hoy me he levantado con un poco de mal humor.

 

Desde que Farmaindustria anunció hace tiempo que tenía preparado el plan de adherencia, la noticia con mayor repercusión ha sido que una CCAA se niega en redondo a utilizarlo.  ¿Es normal que un tema tan serio tenga que ser planteado en términos políticos? Por desgracia no es la primera vez: un partido político se posicionó en contra de incluir el SPD en la cartera de servicios en una CCAA porque sólo reporta beneficios a las farmacias que lo cobran y cada CCAA tiene sus propias políticas de programas de adherencia (unos financiados y otros no).

¿Se pondrán de acuerdo alguna vez? En mi opinión, no lo veo fácil. Tenemos un sistema sanitario complejo, con grandes diferencias entre Comunidades Autónomas y sin políticas claras de atención “real” al enfermo crónico. No creo exagerar: ¿Hay los mismos sistemas de atención a un paciente crónico en Andalucía o Cataluña que en Galicia?, ¿se dispensa la misma medicación efectiva en todos sitios o la decisión se basa en motivos de ahorro económico?

¿Y dónde nos deja esto a los pacientes? Pues totalmente indefensos y, al menos a mí, con la sensación de ser el “último mono” en temas sanitarios. Se nos está bombardeando a través de congresos y medios de comunicación que una de las soluciones es el “autocuidado”. Pero, pese a ser una postura totalmente lógica, no podemos ponerla en práctica nosotros solos:

Entiendo y comparto que un paciente informado es uno de los mejores medios de conseguir ser un paciente cumplidor y responsable de su propia salud, pero si mi único medio de información es Internet lo más probable es que acabe siendo “hipocondríaca” y visitando al médico más veces de lo necesario. “San Google” es maravilloso para algunas cosas, pero si eres un enfermo crónico como yo mejor no consultes mucho sobre el tema o puedes acabar recurriendo a ciertas terapias sin base científica que empeorarán tu situación (o vaciarán tu cuenta del banco)

El profesional sanitario DEBE SER la principal fuente de información primaria a la que me dirija para conocer todo sobre mi enfermedad. Me da igual quien asuma ese rol: médico, farmacéutico, enfermero, etc. Son ellos los que deben decidir cómo se debe educar al paciente, pero el principal problema es que unos no tienen tiempo real para hacerlo, otros no quieren hacerlo sin contraprestación económica (no todos, por suerte) y otros pierden el tiempo debatiendo sobre competencias sanitarias.

Así que, mientras se aclaran entre ellos, yo sólo tengo 5 minutos con el médico (la sala de espera está llena) para que me imprima una receta mientas mira mis analíticas rápidamente y asiente con la cabeza. Como mucho, me da tiempo a preguntar que si mi colesterol alto en los resultados debería preocuparme y, sin levantar la vista de los papeles, me “tranquiliza” con un “está compensado”.

Resultado de la visita: cojo el móvil y busco en San Google “colesterol compensado”. Tras no entender nada de nada, pienso que si el profesional me dice que no pasa nada, pues que otro año más tranquila…

Tras esta primera hora (5 minutos de consulta y el resto esperando), voy a la farmacia y, amablemente, en 2 minutos tengo la medicación en mi mano. Y, por si acaso te lo preguntas, no me ha pasado en una única farmacia, suelo cambiar y recoger la medicación en al menos 7 farmacias distintas cada año.

¿Algún farmacéutico me ha sugerido revisar la medicación o preguntarme si he tenido algún PRM? La respuesta es un tajante NO. La única frase común que he oído es “¿quieres algo más?”. De verdad, soy un paciente adherente y no me pierdo ninguna toma, pero los medicamentos hipertensivos tienen sus efectos secundarios. ¿Seguro que no entro en la categoría de posible paciente/cliente al que se le puede ofrecer un SFT?, ¿qué tal consejos sobre nutrición, cuidados dermatológicos? Desde que tomo la medicación, he aumentado de peso y tengo la piel más seca y con dermatitis… Vale, podría haber sido yo la que lo comentara en la farmacia, pero siempre hay clientes detrás esperando y me “sabe mal preguntar” por si les hago perder el tiempo. Si el farmacéutico es el que me pregunta, lo más probable es que pierda ese sentimiento de culpabilidad por molestar y acepte cualquiera de los servicios que me ofrezca con muchísimas ganas (y considero que tienen un coste que estaré dispuesta a pagar por mejorar mi estado de salud).

No pretendo echar la culpa de todo a los profesionales sanitarios, entiendo que hacen su trabajo lo mejor que pueden y saben. Asumo que tengo unas obligaciones que cumplir y las hago encantada (es mi salud la que está en juego), pero hay mucho que hacer y los políticos no son los mejores para establecer qué es lo mejor para mí.

Dejemos a los profesionales hacer su trabajo y que no se pierda el tiempo debatiendo sobre el tema económico, que es en mi opinión lo que conlleva estos problemas:

  • Si el médico necesita más tiempo con el paciente, ¿por qué no puede tenerlo? Si hacen falta más profesionales, contrátenlos. Si hay que cambiar el sistema, cámbienlo. Pero háganlo pronto, los pacientes no pueden esperar tanto.
  • Si el farmacéutico puede ofrecer servicios que mejoran la salud del paciente, ¿por qué no forman parte de la cartera del SNS?, ¿por qué en unas CCAA sí y otras no?
  • Si el enfermero puede colaborar en la adherencia, informando y educando al paciente, ¿por qué no aprovechar sus conocimientos?

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